Una partida detenida en la memoria

 📷 NARRATIVA ENSAYÍSTICA VISUAL EN EL CAFÉ

🎨 Inspirada en una pintura de Peregrine Heathcote
📍Londres, 1973 (nacimiento del artista)





RESEÑA
A veces el tiempo no se mide en horas, sino en despedidas.

La pintura de Peregrine Heathcote nos transporta no solo a otro lugar, sino a otro ritmo: el del corazón suspendido antes del adiós. En este lienzo, un instante se congela justo en el umbral de la marcha. Un avión plateado espera paciente, con su hélice como flor detenida, mientras dos cuerpos aún no se sueltan del todo. No sabemos si es la primera vez que se separan o si ya se han dicho adiós muchas veces antes. Pero esta vez —como todas las verdaderas— parece definitiva.

Ella, con la maleta al lado y el sombrero bien calado, aprieta su cinturón como si se afirmara ante el vértigo. Él, con las manos apenas rozándole la falda, inclina la frente buscando una última conexión con su perfume, con su calor, con lo que nunca cabe en las valijas. No hay lágrimas, pero hay algo más profundo: una ternura callada, casi infantil, que lucha por no ser vencida por la distancia.

Heathcote no pinta cuerpos: pinta atmósferas detenidas. No pinta un aeropuerto: pinta el umbral del deseo. No pinta moda de época: pinta el anhelo humano de retener lo amado. En cada trazo hay una reverencia al cine clásico, a los viejos viajes en aeroplano, a las cartas escritas a mano y al amor que no sabía aún de mensajes instantáneos.

Nacido en Londres en 1973, Heathcote parece haber heredado no solo una sensibilidad estética, sino una memoria prestada del siglo XX. Todo aquí suena a jazz lento, a zapatos que hacen eco en un hangar vacío, a un tiempo donde el romanticismo no era pose, sino respiración. En ese mundo —a la vez onírico y real— el artista levanta una memoria que nunca nos ha pertenecido del todo, pero que de algún modo todos recordamos.

Una memoria de amores que parten y regresan, aunque sea sólo en el arte.

– Julio César Pisón
Café Mientras Tanto